El primero, que hablo de esta situación no fue precisamente un abogado, fue un etólogo y premio Nobel, el señor Konrad Lorenz, que allá por la década de los sesenta mediante estudios a animales, determinó que animales pequeños se unían entre ellos para poder combatir a un animal de mayor tamaño. Es hasta la década de los ochenta que nuevamente el tema toma auge pero, en esta ocasión, con estudios profundos en el comportamiento humano y de la mano del autor a nivel internacional más reconocido en esta temática, hablamos del señor: Heinz Leymann, psicólogo y psiquiatra que nos define el concepto a interés, de la siguiente manera:
“El mobbing o terror psicológico en el ámbito laboral consiste en la comunicación hostil y sin ética, dirigida de manera sistemática por uno o varios individuos contra otro, que es así arrastrado a una posición y desvalimiento, y activamente mantenido en ella. Estas actividades tienen lugar de manera frecuente (como criterio estadístico por lo menos una vez a la semana) y durante largo tiempo (por lo menos seis meses). A causa de la elevada frecuencia y duración de la conducta hostil, este maltrato acaba por resultar en considerable miseria mental, psicosomática y social”. (Leymann, 1996).
Ese terror sicológico, de comunicación hostil, sin ética, de manera sistemática y de forma prolongada definido por Leymann, debe prestar atención en dos palabras: “sistemática y prolongada”, las mismas son de sumo interés para una posible regulación en el campo del Derecho, las mismas evidencian que esta problemática provocada por el acosador, es un accionar, netamente: ¡doloso!
Se puede catalogar al Mobbing, como aquella tortura en donde cae cada cierto tiempo una gota de agua en la cabeza de la víctima, y que con ello al ser estas gotas prolongadas en el tiempo (“por lo menos una vez a la semana, seis meses” dice Leymann), resulta para el que sufre de ello, una considerable miseria mental, sicológica y social, y que podría atentar hasta con la vida.
El acoso laboral se puede clasificar, en tres grupos:
Conocido, también como: “bossing”, se presenta, cuando el acoso laboral es realizado entre quienes ocupan puestos de jerarquía, o superioridad respecto de la víctima.
Se presenta, cuando el acoso laboral se realiza entre compañeros de trabajo, esto quiere decir, con la misma jerarquía entre ellos.
Se presenta, cuando el acoso laboral se realiza entre quienes ocupan puestos subalternos respecto del jefe.
Esta fase se distingue, porque el acosador se acerca a la víctima, con la finalidad de entablar una relación, no obstante el acosador busca una confianza total, para encontrar puntos débiles en donde poder atacar a su víctima próximamente.
Es cuando se inicia el conflicto entre el acosador y la víctima, por tanto la relación presenta fuertes quebrantamientos, y se evidencian las primeras señales de hostigamiento laboral.
Es la etapa más larga de todas, el acosador desarrolla todo su potencial contra su víctima, y habiendo conocido todos los puntos débiles de la misma utiliza los mismos contra ella.
En esta etapa, se presenta el mayor bombardeo en cuanto a manifestaciones de acoso laboral, en donde podemos mencionar las siguientes: trato vejatorio, trabajos repetitivos e innecesarios, la no asignación de trabajos a la víctima, demasiado trabajo a la víctima en tiempo imposible de cumplir, intimidación, aislamiento, desacreditación, ridiculización, se ignora a la víctima, se restringe la comunicación, entre otros. Todas en forma contante, sistemática, y prolongada.
Los accionares realizados, por el acosador hacia la víctima provocan indudablemente, que esta sienta, que todo lo que ocurre en el mundo es culpa de la misma. La víctima se siente sola, se hunde moralmente, se siente con soledad, ignorada, rechazada, y culpable.
El problema se ha vuelto tan grave, tan complicado, y tan amplio dentro del lugar de trabajo, que las autoridades de la institución intervienen, para investigar lo que está sucediendo llevando esto a dos situaciones principalmente:
1. En la primera se investiga la situación presentada, de determinarse que efectivamente existe esta, se cambia de puesto a la víctima, y “sanciona” al acosador.
Al parecer en esta opción, el sancionado no es el acosador sino, por el contrario es la víctima. La víctima es la que sufre realmente la sanción, la misma tiene que abandonar su puesto de trabajo al ser reubicada, y con ello se da la re victimización, desconfianza de sus nuevos compañeros, y de su nuevo jefe que la vera como amenaza latente de problemas.
2. En la segunda se ve a la víctima como el problema, no se investiga y el acosador continúa doblemente con su tortura y con ello, se da la re-victimización en la persona.
De continuar la víctima en el mismo sitio, la violencia se torna doblemente extrema, al igual de las humillaciones, criticas, rumores falsos, calumnias, entre otras.
La víctima que labora para el sector público, para este momento sufre siendo re victimizada en su nuevo puesto, por otro lado, la víctima en el sector privado, soportar lo necesario para no perder su trabajo. En las dos situaciones, las víctimas son las que pierden, ya que son las dos únicas opciones tienen.
Ante la tremenda presión reinante, graves consecuencias en la salud tanto física como sicológica, consecuencias en el entorno familiar, entre otras, no le queda más a esta víctima que: abandonar su puesto de trabajo, o buscar una salida alterna… ¡el suicidio!
Heinz Leymann |
Ese terror sicológico, de comunicación hostil, sin ética, de manera sistemática y de forma prolongada definido por Leymann, debe prestar atención en dos palabras: “sistemática y prolongada”, las mismas son de sumo interés para una posible regulación en el campo del Derecho, las mismas evidencian que esta problemática provocada por el acosador, es un accionar, netamente: ¡doloso!
Se puede catalogar al Mobbing, como aquella tortura en donde cae cada cierto tiempo una gota de agua en la cabeza de la víctima, y que con ello al ser estas gotas prolongadas en el tiempo (“por lo menos una vez a la semana, seis meses” dice Leymann), resulta para el que sufre de ello, una considerable miseria mental, sicológica y social, y que podría atentar hasta con la vida.
Tipos de acoso laboral:
1. Vertical descendente:
Conocido, también como: “bossing”, se presenta, cuando el acoso laboral es realizado entre quienes ocupan puestos de jerarquía, o superioridad respecto de la víctima.
2. Horizontal:
Se presenta, cuando el acoso laboral se realiza entre compañeros de trabajo, esto quiere decir, con la misma jerarquía entre ellos.
3. Vertical ascendente horizontal:
Se presenta, cuando el acoso laboral se realiza entre quienes ocupan puestos subalternos respecto del jefe.
Fases del Acoso Laboral:
Dentro de cada tipo de acoso laboral, podemos encontrar diversas fases evolutivas las cuales son:1- Fase de seducción:
Esta fase se distingue, porque el acosador se acerca a la víctima, con la finalidad de entablar una relación, no obstante el acosador busca una confianza total, para encontrar puntos débiles en donde poder atacar a su víctima próximamente.
2- Fase de conflicto:
Es cuando se inicia el conflicto entre el acosador y la víctima, por tanto la relación presenta fuertes quebrantamientos, y se evidencian las primeras señales de hostigamiento laboral.
3- Fase de estigmatización:
Es la etapa más larga de todas, el acosador desarrolla todo su potencial contra su víctima, y habiendo conocido todos los puntos débiles de la misma utiliza los mismos contra ella.
En esta etapa, se presenta el mayor bombardeo en cuanto a manifestaciones de acoso laboral, en donde podemos mencionar las siguientes: trato vejatorio, trabajos repetitivos e innecesarios, la no asignación de trabajos a la víctima, demasiado trabajo a la víctima en tiempo imposible de cumplir, intimidación, aislamiento, desacreditación, ridiculización, se ignora a la víctima, se restringe la comunicación, entre otros. Todas en forma contante, sistemática, y prolongada.
Los accionares realizados, por el acosador hacia la víctima provocan indudablemente, que esta sienta, que todo lo que ocurre en el mundo es culpa de la misma. La víctima se siente sola, se hunde moralmente, se siente con soledad, ignorada, rechazada, y culpable.
4- Fase de intervención:
El problema se ha vuelto tan grave, tan complicado, y tan amplio dentro del lugar de trabajo, que las autoridades de la institución intervienen, para investigar lo que está sucediendo llevando esto a dos situaciones principalmente:
1. En la primera se investiga la situación presentada, de determinarse que efectivamente existe esta, se cambia de puesto a la víctima, y “sanciona” al acosador.
Al parecer en esta opción, el sancionado no es el acosador sino, por el contrario es la víctima. La víctima es la que sufre realmente la sanción, la misma tiene que abandonar su puesto de trabajo al ser reubicada, y con ello se da la re victimización, desconfianza de sus nuevos compañeros, y de su nuevo jefe que la vera como amenaza latente de problemas.
2. En la segunda se ve a la víctima como el problema, no se investiga y el acosador continúa doblemente con su tortura y con ello, se da la re-victimización en la persona.
5- Fase de marginación:
De continuar la víctima en el mismo sitio, la violencia se torna doblemente extrema, al igual de las humillaciones, criticas, rumores falsos, calumnias, entre otras.
La víctima que labora para el sector público, para este momento sufre siendo re victimizada en su nuevo puesto, por otro lado, la víctima en el sector privado, soportar lo necesario para no perder su trabajo. En las dos situaciones, las víctimas son las que pierden, ya que son las dos únicas opciones tienen.
Ante la tremenda presión reinante, graves consecuencias en la salud tanto física como sicológica, consecuencias en el entorno familiar, entre otras, no le queda más a esta víctima que: abandonar su puesto de trabajo, o buscar una salida alterna… ¡el suicidio!
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